LOS CIBER-ACTIVISTAS NO SON NI VAGOS NI PLAGAS

Una revista que yo admiro y respeto mucho escribió la nota "'Stalkers' y 'slacktivists', dos grandes plagas en las redes" también habla de los "vagoactivistas" este es el vinculo del articulo de la revista El Metro Cartagena:http://www.revistaelmetro.com/metroweb/slacktivism.html  y esta es mi respuesta con mucho respeto y prudencia: 

Por supuesto que debe ser incómodo para el “status quo” que existan los ciber-activistas, y más si estos propenden por un activismo crítico a administraciones o gobiernos, o por un activismo educacional que contradice la moral establecida de los más poderosos, un ejemplo sencillo y claro son las organizaciones ONG que luchan por los derechos de las poblaciones lGBTI, o por los derechos de la mujer, que utilizan estos medios digitales para tratar de sensibilizar a las personas sobre el deber ser de la equidad de géneros, y enseñar con uno y otro texto, fotografía y videos el cómo sienten y sufren las comunidades, y como se debería comportar una sociedad siendo incluyente y justa. Por supuesto si una organización o un activista está comprometido con el deber ser de un tipo de derecho, se sentirá en la responsabilidad desde el poco poder que tiene de ser un veedor de las violaciones de dichos derechos, y si un administrador público, legislador o autoridad comete un acto, opinión o situación en contra el tipo derecho que defiende, entonces les tocará hacer las denuncias públicas respecto del mismo. 

La razón por la cual los activistas y las organizaciones de derechos utilizan el internet, es porque es el único medio de comunicación masivo real con que cuentan, ya que es muy difícil acceder a los medios oficiales y poder plantear la opinión activista.

En los temas como limosnas a los pobres, hogar a los que no tienen, es muy difícil o casi imposible hacer un activismo que termine por beneficiar directamente a las personas, pero ese no es únicamente el caso, por ejemplo, las personas que luchan por los derechos animales como la organización “FRAD” utiliza las redes sociales para concientizar un cambio de mentalidad sobre el maltrato animal, y ahí sí que es importante las redes sociales y los medios virtuales, porque si es posible sensibilizar a otros sobre un tipo de derecho desde la actividad digital.

No entiendo cuál es la necesidad de la independiente revista virtual El Metro Cartagena de estigmatizar a los activistas que utilizan los medios virtuales como 'Stalkers' y 'slacktivists' y llamarlos además vagos y mucho peor “plagas del internet”, es muy censurable que una revista independiente virtual además de corte activista y de mi admiración, se preste para indisponer aún más a la comunidad contra las organizaciones y personas que tratan a través de los distintos medios de que las personas sean más sensibles al respeto de los derechos. Donde está el ser una “plaga” si uno opina por ejemplo que los derechos afirmativos son los que necesitan las personas especialmente discriminadas para lograr la equidad, acaso es ser una “plaga” una persona que desde las redes sociales hace un llamado al respeto de las diversidades sexuales y las distintas identidades de género, acaso es ser una “plaga” el decir que los animales sienten y merecen la compasión y el respeto de los seres humanos, es ser una “plaga” decirle al gobernador que no invoque la pena de muerte como método de control de la población delincuencial y que reconsidere sus palabras en medio de una opinión publica llena de violencia, es ser una “plaga” si le pedimos al director del DATT que no acuda a Hitler para matar champetudos, es ser una “plaga” si se convoca a marchas en contra de la injustica, y a paros a favor de los campesinos en Colombia, es ser una “plaga” si se le da a uno a atreverse a hacer un periódico virtual para mostrar noticias de interés político que otros medios más poderosos no muestran. 

Entonces la pregunta es, ¿Por qué son plagas los ciber activistas?, por ser contradictores de opiniones gubernamentales, por defender derechos que no deberían existir, ¿por no hacer nada más que estar pegados en un computador?, bueno si no hicieran más que estar pegados en un computador como muchos amigos activistas con parálisis completa de cuerpo que conozco que hacen su activismo a favor de las personas en condición de discapacidad desde su escritorio, yo los aplaudo y defiendo también, y otros que solo republican y se motivan a alimentar el espíritu de cambio sobre los derechos, pero la mayoría de los ciber activistas se mueven también en la vida real (para incomodidad también de ese mismo poder y de ese mismo “status quo”), es decir, es una falsedad de que la mayoría de activistas virtuales solo son virtuales y unos “vagos” como lamentablemente la revista El Metro lo anuncia, puesto que detrás de cada imagen, video y texto de los ciber activista, hay un trabajo de campo basado primero en estudio arduo del derecho que defienden, segundo en acciones de socialización con estudiantes, comunidades y gremios, y tercero que también han recurrido a otros medios formales como son los periódicos, canales de televisión y radio, e incluso a las artes plásticas, el teatro y las realizaciones audiovisuales.

Así que ni “Plagas” ni “Vagos”, es lamentable que ambos términos provengan de una revista que aprecio, admiro y aun espero su compresión y su respeto, por lo general el que más habla en contra del activismo virtual por medios virtuales, está haciendo en sí mismo un activismo virtual, tan digno de llamarse 'Stalkers' y 'slacktivists' o incluso mucho más que lo que hacen las ONG y los defensores de derechos de cada región o territorio.

Dejo la reflexión de que una de las principales razones de violencia en nuestro país y en el mundo, es la estigmatización y la re-victimización de los defensores de derechos, que en vez de ser apoyados y protegidos por los medios, por lo general son asociados a terroristas, a comunistas, a depravados, y a inmorales, y por supuesto ahora a vagos y a plagas. Los medios de comunicación y mucho menos los independientes, no deberían fortalecer y apoyar este tipo de mensajes estigmatizadoras y maltratantes a los activistas, que ya de por si están en riesgo todos, para ponerlos aún más en riesgo de lo que ya están.